El sacramento del orden consiste en la consagración al ministerio del servicio a la Iglesia y a Dios. Esto le exige dedicación plena y libre disposición a Dios.
Este sacramento concede la autoridad para ejercer funciones y ministerios eclesiásticos que se refieren al culto de Dios y a la salvación de las almas. Está dividido en tres grados:
La doctrina católica indica que este sacramento se confiere a aquellos que, habiendo recibido un particular llamado de Dios y luego de haber discernido su vocación al ministerio ordenado, son considerados idóneos para el ejercicio de este y reciben el sacramento por la imposición de manos del obispo.
En el apartado dedicado a la institución se mostrará cómo entiende la Iglesia católica el que, como en los demás sacramentos, se dé una institución por parte de Cristo de un nuevo sacerdocio. En el apartado posterior llamado «reflexión teológica» se ofrece un recorrido histórico a grandes rasgos de las principales concepciones del sacerdocio católico.