La soberbia (del latín superbia), en ocasiones usada como sinónimo de orgullo (del franco *ŭrgōlī )[1] es un sentimiento de superioridad de uno mismo con respecto a los demás.[2] El orgullo es disimulable, e incluso apreciado, cuando surge de causas nobles o virtudes, mientras que a la soberbia se la concreta con el deseo de ser preferido por otros, basándose en la satisfacción de la propia vanidad, del yo o ego.[cita requerida] Otros términos asociados o sinónimos podrían ser: altivez, altanería, arrogancia, vanidad, etc.
Richard Taylor definió el orgullo como "el justificado amor a uno mismo",[3] en contraposición al falso orgullo o narcisismo. Del mismo modo, San Agustín lo definió como "el amor a la propia excelencia",[4] y Meher Baba lo llamó "el sentimiento específico a través del cual se manifiesta el egoísmo"[5]
En español orgullo se define por el diccionario de la Real Academia de la lengua española como "Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas." [6]
Filósofos y psicólogos sociales han señalado que el orgullo es una emoción secundaria compleja que requiere el desarrollo de un sentido del yo y el dominio de distinciones conceptuales relevantes (por ejemplo, que el orgullo es distinto de la felicidad y la alegría) a través de la interacción con los demás basada en el lenguaje.[7] Algunos psicólogos sociales identifican la expresión no verbal del orgullo como un medio para enviar una señal funcional, automáticamente percibida, de alto estatus social.[8]
El orgullo es visto a veces como corrupto o como un vicio, a veces como apropiado o como una virtud. Con una connotación positiva, orgullo se refiere a una sensación de apego hacia las elecciones y acciones propias o ajenas, o hacia todo un grupo de personas, y es producto del elogio, la autorreflexión independiente y un sentimiento pleno de pertenencia. Con una connotación negativa, orgullo se refiere a un[9] y sentido irracionalmente corrupto del propio valor personal, estatus o logros,[10] utilizado sinonimamenteously con hubris.
Mientras que algunos filósofos como Aristóteles (y George Bernard Shaw) consideran que el orgullo (pero no la arrogancia) es una virtud profunda, algunas religiones del mundo consideran que la forma fraudulenta del orgullo es un pecado, como se expresa en Proverbios. Proverbios 11:2 de la Biblia hebrea. En el judaísmo, el orgullo se considera la raíz de todos los males. Cuando se ve como una virtud, el orgullo en las habilidades de uno se conoce como orgullo virtuoso, grandeza de alma, o magnanimidad, pero cuando se ve como un vicio a menudo se conoce como autoidolatría, desprecio sádico, vanidad, o vanagloria. Otros posibles objetos de orgullo son la etnia de uno, y la identidad sexual de uno (por ejemplo orgullo LGBT).[cita requerida]