Se denomina sobrecarga informativa, infoxicación,[1] infobesidad [2][3] o síndrome de sobrecarga informativa,[4] a un concepto generalmente usado en conjunto con varias formas de comunicación por computadora tales como el correo electrónico. La sobrecarga informativa ocurre cuando la cantidad o la intensidad de información exceden la capacidad limitada de procesamiento del individuo, lo que puede provocar efectos disfuncionales.[4][5]
Diversos síntomas se han asociado con este fenómeno, entre los que se encuentran: estrés, trabajo ineficiente, ignorar información y ser muy selectivo al elegir qué leer o ver (omisión de notas importantes), retraso al tomar decisiones, pérdida de control sobre la información, limitar las fuentes de búsqueda, rechazo de la recepción en la comunicación (por ejemplo, mediante expresiones faciales poco amistosas), falta de perspectiva general, mayor tolerancia al error, menor satisfacción laboral, confusión, ansiedad, tensión cognitiva, desmotivación, dificultad para seleccionar información relevante, asignación de menos tiempo a cada fuente de información, análisis superficial de la información, desprecio por la información de baja prioridad, incapacidad para usar información en la toma decisiones (parálisis por análisis), pérdida de la diferenciación, sensación de pérdida de control que conduce a una interrupción en la comunicación, falta de evaluación crítica de la información (volverse demasiado crédulo), dedicar muy poco tiempo para asimilar la información, mala interpretación de la información, implementar estrategias de búsqueda de información poco sistemáticas, etc.[4] Entendiendo que un síndrome es un complejo reconocible de signos y síntomas que indican una condición específica para la cual no se comprende necesariamente una causa directa, se ha planteado que el exceso de información que incide sobre las capacidades atencionales humanas puede provocar síntomas, que nos pueden llevar a sospechar una especie de síndrome de sobrecarga informativa.[4]
En la vida cotidiana está en aumento la infoxicación,[6] un afán por fotografiarlo y escribirlo todo, por comunicar constantemente; la cultura de Instagram, de Snapchat, de WhatsApp, de Facebook; un deseo irrefrenable por producir y reproducir imágenes de forma desenfrenada, por guardarlo todo. Cada imagen, pensamiento, información y no sólo los individuos, sino también las empresas, los organismos públicos… clasificando y almacenando datos.[7] Grandes cantidades de información histórica para analizar, una alta tasa de nueva información siendo añadida, contradicciones en la información disponible, una relación señal/ruido baja dificultando la identificación de información relevante para la decisión, o la ausencia de un método para comparar y procesar diferentes tipos de información pueden contribuir a este efecto. El término sobrecarga de información (del inglés information overload), fue acuñado en 1970 por Alvin Toffler en su libro Future Shock.[8][9] Infoxicación es una palabra adecuada en español para referirse a una sobrecarga de información difícil de procesar.[10]
La sobrecarga informativa también es llamada Infodemia[11] y está asociado a la abundancia de la información que se recibe a través de la Tecnología y de las Redes Sociales. Es necesario revisar constantemente la entrada de información para seleccionar aquella que necesitamos.