Los Sonderkommandos (en español "comandos especiales") fueron unidades de trabajo formadas por prisioneros de los nazis. Estos, normalmente judíos, fueron obligados[1] a colaborar en diversas actividades en los campos de exterminio durante el Holocausto.[2][3]
El Sonderkommando 1005 fue el encargado de cumplir la Aktion 1005, una orden llevada a cabo entre junio de 1942 y finales de 1944 por el coronel de las SS Paul Blobel, para incinerar y deshacerse de los cadáveres que habían sido enterrados en fosas comunes.[4][5]