El impuesto sobre las transacciones financieras (ITF)[1], llamado tasa Tobin a pesar de no ser una tasa, es un tipo de impuesto sobre las transacciones financieras propuesto por el economistaestadounidenseJames Tobin en sus Janeway Lectures en la Universidad de Princeton en el año 1971. Este tipo de impuesto recuperó la atención pública cuando, en los años 1990, propuso su aplicación el movimiento antiglobalización, en especial la organización Attac,[2] y de nuevo en los años 2000 con motivo de la crisis económica de 2008.[3][4] James Tobin ha considerado que se ha abusado de su nombre y de su idea,[5] dado que en su origen el impuesto solo tenía por objetivo frenar la volatilidad de los mercados cambiarios internacionales. En su nueva formulación se propone que su recaudación se destine a fines sociales o que tenga por objetivo el control de crisis financieras como la crisis de la deuda soberana europea. Desde 2011, se relanzó la reivindicación de este impuesto, tanto desde autoridades políticas y monetarias como diferentes discusiones en el seno de la Unión Europea, así como desde ciertas ONG como Oxfam, quien la rebautizó como Impuesto Robin Hood.[6][7]
En 2001, después de las crisis económicas de los noventa en México, Rusia y el Sureste Asiático, James Tobin describió la tasa que ideó a comienzos de los años setenta:[8]
El impuesto a las transacciones financieras fue ideado para amortiguar las fluctuaciones en los tipos de cambios. La idea es muy simple: se aplicaría, en cada cambio de una moneda en otra, un pequeño impuesto —digamos un 0,5 % del volumen de la transacción—. Esto disuade a los especuladores ya que muchos inversores invierten su dinero en moneda extranjera a muy corto plazo por lo que tendrían que pagar el impuesto muchas veces. Sin impuestos lo que ocurre cuando el dinero se retira inmediatamente es que los países deben aumentar de un modo drástico los intereses para que su moneda siga siendo atractiva a los flujos financieros. Pero el alto interés y la constante fluctuación son desastrosos para la economía nacional, como se ha demostrado con las crisis financieras de la década de 1990 en México, el Sureste asiático y Rusia. Con mi propuesta de impuesto a las transacciones financieras los países recuperarían cierto margen de maniobra para defender la economía nacional y sería por tanto una medida que limitaría el poder excesivo de los mercados financieros.[9][10][11][12][13][14]
Antes de entrar en el detalle de este gravamen, conviene señalar la diferencia entre un impuesto y una tasa: los impuestos son una obligación de contribuir a un hecho imponible, y se abona sin contaprestación; mientras que las tasas son motivadas por actividades administrativas que otorgan beneficios o ventajas a quien las abona. La mal llamada tasa Tobin es formalmente un impuesto a la movilidad del capital.
Impuesto a las transacciones financieras en la Unión Europea (situación en 2012)
Países que apoyan la tasa Países que se oponen a la tasa Países indecisos Países indecisos fuera de la eurozona
En 2014 se acordó la entrada en vigor en 2016 de una Tasa Tobin en la Unión Europea bastante rebajada contando con la oposición de Reino Unido y Suecia.[15]
↑Extracto de un artículo originalmente publicado en alemán: "wie die Krisen in Mexiko, Südostasien und Russland während der neunziger Jahre gezeigt haben. Meine Steuer würde Notenbanken kleiner Länder Handlungsspielraum zurückgeben und dem Diktat der Finanzmärkte etwas entgegensetzen." - Christian Von Reiermann, and Michaela Schießl (3 de septiembre de 2001). «Die missbrauchen meinen Namen (translated as "They Are Misusing My Name") (entrevista con James Tobin)». Spiegel Online. Consultado el 1 de enero de 2010.
↑Ver cita en inglés The tax on foreign exchange transactions was devised to cushion exchange rate fluctuations. The idea is very simple: at each exchange of a currency into another a small tax would be levied - let's say, 0.5% of the volume of the transaction. This dissuades speculators as many investors invest their money in foreign exchange on a very short-term basis. If this money is suddenly withdrawn, countries have to drastically increase interest rates for their currency to still be attractive. But high interest is often disastrous for a national economy, as the nineties' crises in Mexico, Southeast Asia and Russia have proven. My tax would return some margin of manoeuvre to issuing banks in small countries and would be a measure of opposition to the dictate of the financial markets
↑Extracto de un artículo en la revista alemana Spiegel, en alemán:"SPIEGEL: Diese Bewegung will die Einführung einer Steuer auf Devisengeschäfte. Damit sollen die Kapitalmärkte gebändigt und mit den zusätzlichen Einnahmen die Entwicklungshilfe verstärkt werden. Klingt das nicht wie Ihr Vorschlag?
Tobin: Ich hatte vorgeschlagen, die Einnahmen der Weltbank zur Verfügung zu stellen. Aber darum ging es mir gar nicht. Die Devisenumsatzsteuer war dafür gedacht, Wechselkursschwankungen einzudämmen. Die Idee ist ganz simpel: Bei jedem Umtausch von einer Währung in die andere würde eine kleine Steuer fällig, sagen wir von einem halben Prozent des Umsatzes. So schreckt man Spekulanten ab. Denn viele Investoren legen ihr Geld sehr kurzfristig in Währungen an. Wird dieses Geld plötzlich zurückgezogen, müssen die Länder die Zinsen drastisch anheben, damit die Währung attraktiv bleibt. Hohe Zinsen aber sind oft desaströs für die heimische Wirtschaft, wie die Krisen in Mexiko, Südostasien und Russland während der neunziger Jahre gezeigt haben. Meine Steuer würde Notenbanken kleiner Länder Handlungsspielraum zurückgeben und dem Diktat der Finanzmärkte etwas entgegensetzen." - Christian Von Reiermann, and Michaela Schießl (3 de septiembre de 2001). «Die missbrauchen meinen Namen (translated as "They Are Misusing My Name") (Interview with James Tobin)». Spiegel Online. Consultado el 1 de enero de 2010.
↑Speigel Online International (9 de marzo de 2001). «They are misusing my name». English Summaries [of quotes in Spiegel Online]. Speigel Online International. Consultado el 1 de enero de 2010.