El teorema de Barbier es aquel que define las características que ha de cumplir una curva para ser de longitud constante. Según el teorema, una curva es de longitud constante si su perímetro es igual a la distancia a la que se encuentran las rectas paralelas, con respecto a las que su longitud es constante, multiplicada por pi.
Este teorema fue publicado por vez primera por el astrónomo y matemático francés Joseph-Émile Barbier (1839–1889) en 1860.[1]