Los Tezcatlipocas en la mitología mexica son los dioses hacedores del universo vertical y horizontal de la cosmogonía náhuatl,[1] siendo los hijos únicos de la pareja primigenia Ometecuhtli y Omecíhuatl,[2] de la que recibieron la habilidad de creación. Estos dioses son los únicos que pueden crear otros seres vivos sin procrearlos. Las cuatro parejas de dioses que crearon fueron Tláloc & Chalchiuhtlicue (agua), Tlaltecuhtli & Tlalcíhuatl (tierra),[3] Mictlantecuhtli & Mictecacíhuatl (muerte) y Xiuhtecuhtli & Chantico (fuego).[4] Los númenes mexicas se transforman y multiplican su personalidad para poder cumplir con todas sus acciones divinas, de manera que una deidad puede ser benévola o malévola, ser la madre de su propia abuela, destruir lo que ha procreado, ser dinámica y estática, omnipresente, ubicua, ambivalente, polifacética y por lo tanto tener tantos nombres como acciones realice, y tantas características como su naturaleza lo requiera. Por lo que no se confunda interpretar extractos metafóricos al ver a la diosa Coatlicue como descendiente de la pareja creadora Ometecuhtli y Omecíhuatl y además como la madre de la misma al considerarla como la "madre de los dioses" o bien como "la deidad abuela". Para lograr un acercamiento a la clasificación de los dioses y a una interpretación de su significado simbólico en la apreciación que del universo tiene los pueblos mesoamericanos, principalmente bases tomadas desde las investigaciones de Francisco Javier Clavijero, Alfredo Chavero, Francisco del Paso y Troncoso, Manuel Orozco y Berra y Bernardino de Sahagún.