Trabajo reproductivo

Cuatro generaciones, el hijo en brazos de su madre, la abuela y la bisabuela por línea materna. La reproducción humana y reproducción social ha estado garantizada por la mujer. Sin embargo, el trabajo reproductivo -la reproducción y las atenciones y cuidados para la supervivencia- no es reconocido ni pagado. El trabajo de la mujer ha sido tradicionalmente expropiado al situarla, históricamente, en una posición social inferior y de sometimiento convirtiéndola en mera fábrica de mano de obra. La revolución reproductiva -disminución del esfuerzo reproductivo al disminuir el número de hijos- de las últimas décadas está modificando el papel tradicional de la mujer.[1][2]

Trabajo reproductivo o trabajo de la reproducción, a veces asimilable al trabajo de cuidados,[3]​ en sociología, demografía y economía, también usado en estudios feministas y economía marxista[4][5]​ en relación con la desigualdad de género,[6]​ se refiere tanto al trabajo necesario para la reproducción humana realizado por la mujer a lo largo de la historia, embarazo, alumbramiento, lactancia,[7]​ como al conjunto de atenciones y cuidados necesarios para el sostenimiento de la vida y la supervivencia humana: alimentación, cuidados físicos y sanitarios, educación, formación, relaciones sociales, apoyo afectivo y psicológico, mantenimiento de los espacios y bienes domésticos. El trabajo reproductivo ha sido históricamente sobrecargado en la mujer.[8][9][10]

Desde una perspectiva marxista, se le denomina trabajo reproductivo para diferenciarlo del trabajo de la producción dirigido a bienes y servicios. Frente al trabajo productivo, asalariado y reconocido socialmente en las sociedades industrializadas, el trabajo de la reproducción no se reconoce ni económica ni socialmente.[11][12]​ Los cambios sociales tanto en el ámbito productivo como reproductivo obligan a replantear la tradicional y desigual distribución de cargas entre mujeres y hombres así como el reconocimiento social y económico del trabajo reproductivo.[13]

Desde ciertas ramas del feminismo se reclama la instauración del salario doméstico o salario para el trabajo doméstico destinado a quienes desempeñan en los hogares el trabajo reproductivo, situación distinta a las trabajadoras domésticas o empleadas de hogar contratadas y ajenas al hogar o núcleo familiar y que también sufren discriminación laboral ya que sus remuneraciones tienden a estar entre las más bajas del mercado laboral, y su contratación, en muchos casos, es ilegal al no cotizar a la seguridad social ni firmar contrato.[10][14]

Otras discusiones se centran en el uso del término en sí. El término 'trabajo de cuidados', del inglés care work, es asimilable al trabajo reproductivo en la mayoría de los casos si bien también se considera 'trabajo de cuidados' al trabajo productivo y asalariado relacionado con los cuidados: empleadas de hogar, cuidado de los hijos, cuidado de niños, guardería, educación, sanidad, cuidados a la tercera edad y residencias de la tercera edad. Es decir, todo aquel trabajo, ya sea retribuido o no, cuyo objeto sea el cuidado de los otros. Por tanto el trabajo de cuidados puede ser trabajo reproductivo (no asalariado) o trabajo productivo (asalariado). Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el trabajo de cuidados no remunerado no es reconocido social ni económicamente y no suele considerarse en los balances económicos y puede suponer un porcentaje alto del PIB nacional.[3]

  1. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas REIS
  2. Antonella Picchio, Social Reproduction: The Political Economy of the Labour Market, Cambrigde University Press, 1992, ISBN, 0-521-41872-0, pág. 8 y ss.
  3. a b Requena Aguilar, Ana (28 de junio de 2018). «El trabajo de cuidados no pagado hecho por las mujeres supone el 10,3% del PIB español». eldiario.es. Consultado el 30 de junio de 2018. 
  4. Cecilia Beatriz Escobar, Unpaid Reproductive Labour. A Marxist Analysis (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última)., Department of Economic Sciences, University of Athens
  5. Weeks, Kathi (23 de diciembre de 2018). «Feminismo y rechazo del trabajo». Sin Permiso. Consultado el 24 de diciembre de 2018. 
  6. Mignon Duffy, Doing the Dirty Work: Gender, Race, and Reproductive Labor in Historical Perspective (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última)., University of Massachusetts Lowell, doi: 10.1177/0891243207300764 Gender & Society June 2007 vol. 21 no. 3 313-336
  7. Mujer y trabajo - ACSUR - 2005, pág. 6, 7 y ss. Archivado el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine.
  8. Silvia Federici, Revolution at Point Zero: Housework, Reproduction, and Feminist Struggle, PM Press, ISBN 978-1-60486-333-8, pag. 1 y ss
  9. Trabajo reproductivo, estadísticas, en Eustat
  10. a b «El Trabajo Reproductivo». El Captor. 8 de enero de 2019. Consultado el 10 de enero de 2019. 
  11. «Luis Garrido, La revolución reproductiva, en Salud, dinero y amor, Cecilia Castaño Collado (coord.), Santiago Palacios (coord.), Alianza, 1996, págs. 205-238». Archivado desde el original el 22 de junio de 2013. Consultado el 25 de diciembre de 2012. 
  12. Carrasquer, P.; Torns, T.; Tejero, E. y Romero, A. El trabajo reproductivo, Universitat Autònoma de Barcelona. Departament de Sociologia, Barcelona, Papers, 1998
  13. La relación entre los tiempos y las actividades del trabajo productivo y del reproductivo, Carlos Lozares, Pedro Roldán y Joel Martí, Dpto. Sociología, Universidad Autónoma de Barcelona, revista Trabajo, 2004, Universidad de Huelva, ISSN 1136-3819, págs. 165-186
  14. ILO - Remuneración en el trabajo doméstico

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