El Tratado de Joinville fue firmado en secreto el 31 de diciembre de 1584 entre Felipe II, rey de España, y la Liga Católica, representada por Enrique I de la Casa de Guisa de Francia, ambos católicos que no aceptaban la existencia del calvinismo hugonote. Por ello este tratado se proponía fundamentalmente erradicar la herejía en el reino francés.[1]