El Tratado de Stettin (en alemán: Grenzrezeß von Stettin) del 4 de mayo de 1653 puso fin a la disputa que enfrentó a Brandeburgo y Suecia en el contencioso por la sucesión del Ducado de Pomerania que surgió tras extinguirse la Casa de Pomerania durante la guerra de los Treinta Años.[1] Brandeburgo exigía que se cumpliese lo dispuesto en el Tratado de Grimnitz (1529), mientras que Suecia reclamó que se aplicase el Tratado de Stettin de 1630. Los rivales acordaron finalmente repartirse el ducado, a la sazón bajo ocupación sueca, en la Paz de Westfalia (1648), y el Tratado de Stettin definió la frontera entre las dos partes en que se dividió. Pomerania Occidental se transformó en la Pomerania Sueca, mientras que Pomerania Central fue a partir de entonces la Pomerania brandeburguesa.