Un tren de alta velocidad (TAV), también denominado en algunos países tren bala, es aquel tren que alcanza velocidades iguales o superiores a 200 km/h sobre líneas existentes actualizadas, y 250 km/h sobre líneas específicamente diseñadas para tal efecto, según la UIC (Unión Internacional de Ferrocarriles).[1]
En todos los casos se trata de vehículos específicos y vías férreas desarrolladas de forma conjunta.
El tren de alta velocidad está considerado como el medio de transporte más seguro del mundo, por delante del avión.[2] En los últimos 60 años solo ha habido cinco accidentes con víctimas mortales, siendo el más grave el accidente de Eschede.[3]