Los tubos de lava, o tubos volcánicos, son cuevas volcánicas, usualmente con forma de túneles, formados en el interior de coladas lávicas más o menos fluidas mientras dura la actividad reogenética. Por su génesis, son cavidades primarias, y se clasifican como singenéticas, reogenéticas y subterráneas. Pueden adquirir una estructura simple de tubo lineal, o llegar a formar complejas redes de ramales interconectados, también a distintos niveles y con dimensiones que abarcan desde unos pocos centímetros hasta varias decenas de metros.
Se trata de un tipo de cueva muy común, pues el mecanismo de su formación es frecuente en la mayoría de coladas de lava. De hecho, es muy probable que en otros planetas y cuerpos celestes con actividad volcánica existan tubos volcánicos con características similares a los que se conocen en La Tierra; hasta ahora se ha documentado la existencia de tubos volcánicos en La Luna,[1] Marte.[2] y Venus.