Los tumores de cabeza y cuello son un grupo heterogéneo con origen anatómico común, la mayoría originados a partir de la mucosa presentándose en la vía aérea y digestiva superior. Este se ha convertido en el sexto cáncer más común diagnosticado en el mundo y la octava causa más común de muerte por cáncer. Se han establecido un subgrupo de tumores humanos de cabeza y cuello que contienen secuencias del virus del papiloma humano (VPH), los cuales difieren en las características biológicas y clínicas y en la patogénesis molecular (expresión génica, mutaciones, amplificaciones y deleciones y alteraciones del epigenoma) con respecto a los no impulsados por el virus. Dependiendo de la localización anatómica del tumor, la prevalencia del VPH se estima entre el 23 y el 36%.[1] El VPH es conocido por desencadenar el desarrollo del tumor a través de la acción de sus oncoproteínas E6 y E7 dirigidas a numerosas vías celulares, entre ellas inactivando p53 y la proteína del retinoblastoma, además de desempeñar un papel importante en la evasión del sistema inmune junto con E5. Posteriormente se están caracterizando otros mecanismos por los cuales el virus puede interaccionar con el genoma del huésped desencadenando igualmente un proceso tumorigénico además de estas proteínas.[2][3]