El vino es bebida nacional de Argentina.[1] Se produce principal y tradicionalmente en las provincias cuyanas de Mendoza (75.31 %), San Juan (18.45 %) y La Rioja (3.06 %). En menor volumen o más recientemente se produce en las provincias de Salta (1.76 %), Córdoba (0.55 %), Catamarca (0.53 %), Neuquén (0.49 %), Río Negro (0.24 %), San Luis (0.15 %), Entre Ríos (0.001 %), Chubut (0.003 %), Buenos Aires (0.005 %) y Jujuy (0.003 %).
Conforme datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Argentina produjo en 2023 un total de 8 813 048 quintales de vino, lo que representa un decrecimiento del 23 % respecto a los 11 450 571 quintales producidos en el año 2022.[2]
La viticultura moderna en la Argentina se desarrolló rápidamente en los años 1880. Las hectáreas dedicadas a la vitivinicultura expandieron de 1500 a 44 700 entre 1873 y 1910. El número de bodegas aumentó de 334 en 1884 a 1394 en 1914.[3] En esa época era una industria incipiente orientada a producir en cantidad en desmedro de la calidad.[4]
El 24 de noviembre se celebra el «Día del Vino Bebida Nacional».[5][6] En 2017 Argentina fue el sexto mayor productor a nivel mundial.[7] En los primeros años de la década de 2020, el mercado internacional de vino sufrió una caída, tanto en volúmenes como en valores. En 2024, Argentina era el décimo exportador a nivel global.[8]
La calidad del vino argentino ha venido creciendo sin detenerse en los últimos años, ganando terreno en el mercado mundial. Tan sólo en el 2010, las ventas al exterior alcanzaron los 650 millones USD, lo que representó un incremento del 17 % en relación con el 2009, marcando un récord histórico. La Argentina pasó a ser el quinto productor de vino en 2014 y el mayor del hemisferio sur con 15.2 millones de hectolitros.[9] En 2016 un informe de la Organización Internacional del Vino constató que en Argentina debido al contexto económico en 2016 la producción de vino se desplomó 35 % cómo consecuencia[10] la vendimia 2016 fue la peor en 56 años, según datos oficiales, lo que llevó a que bodegas mendocinas importen vino desde otros países.[11] Para 2017 se registró la mayor baja histórica de las exportaciones vitivinícolas, el consumo interno bajó 13.1 % contra igual lapso de 2016, registrando el peor consumo en dos décadas.[12]
En el período 2024 la producción total alcanzó los 10 868 843 hectolitros, lo que representó un incremento del 23.3 % respecto de los 8 813 048 hectolitros producidos en el período 2023.[13]