Virtus es una de las tres virtudes cardinales de la moral romana junto a la pietas y la fides.[1] Pertenece a las virtudes públicas que, para la cultura romana, deberían ser compartidas por toda la sociedad. Es personificada en la Antigua Roma por la deidad Virtus.[2]
Virtus, palabra en latín (de vir, "hombre", "varón", "marido", "soldado", "persona importante", "héroe"), tiene connotaciones de un conjunto de cualidades propias de la condición física y moral del varón, como valor, virilidad, excelencia, coraje, valentía, carácter, mérito o energía. También vida familiar (familia romana, pater familias) y anteposición del bien común (res publica) sobre el propio.
Por todo esto, era frecuentemente una virtud que se asignaban los emperadores romanos.