Un votum (latín, en plural, vota), en la religión de la Antigua Roma, es una promesa o voto hecha a una deidad para conseguir su favor.
Proviene del participio pasado del verbo latino voveo, vovere, "voto, promesa". Como resultado de esta acción verbal, un votum es también lo que cumple la promesa, es decir, la cosa prometida, como puede ser el caso de ofrendas, estatuas, o incluso, un templo. El votum es un aspecto de naturaleza contractual de la religión romana, una negociación expresada por el do ut des, "te doy para que me des".[1]