William Adam fue un arquitecto, cantero y empresario escocés. Fue el arquitecto más importante de su tiempo en Escocia,[1][2] ya que diseñó y construyó numerosas casas de campo y edificios públicos, y, frecuentemente, participó más como contratista que como arquitecto. Entre sus obras más conocidas están la Casa Hopetoun, cerca de Edimburgo, y la Casa Duff en Banff. Su estilo exuberante e individual de construcción, siguiendo el modelo palladiano, pero con detalles barrocos, se inspiró en Vanbrugh y en la arquitectura continental.
En el siglo XVIII, Adam era considerado el «arquitecto universal» (Universal Architect en inglés) de Escocia.[3] Sin embargo, desde el siglo XX, los críticos en arquitectura han adoptado una postura más moderada: Colin McWilliam, por ejemplo, cuestionó la calidad de su obra al considerar que «variaba en un grado extremo».[1] Además de ser un arquitecto, Adam participó en varios esquemas empresariales de mejora industrial, entre ellos la minería del carbón, la extracción de sal, y la explotación de canteras de piedra y molinos. En 1731 comenzó a construir su propia finca en Kinross-shire, que él nombró Blair Adam. Fue el padre de tres arquitectos: John, Robert y James, los dos últimos fueron los creadores del «estilo Adam».