Yacente (palabra proveniente del latín iacere -"estar tendido"-) es un concepto utilizado en escultura para definir la representación en postura tendida (decúbito supino) de una persona muerta que suele estar enterrada debajo, dentro de un sarcófago[1] (excepto en el caso de los cenotafios, en los que el monumento funerario no coincide con el lugar de enterramiento).
Una tumba en efigie, usualmente una efigie recostada o en francés gisant (que significa "recostado") es una figura esculpida sobre un sepulcro representando en efigie al muerto.[2] Al procurarse la representación del parecido físico, más o menos idealizado, se les considera retratos.
Semejantes composiciones, desarrolladas en Europa occidental en el arte medieval, siguieron realizándose en el arte del Renacimiento y los periodos siguientes del arte de la Edad Moderna, incluso en alguna ocasión en el arte contemporáneo. Típicamente se representa al muerto en un estado de "eterno reposo", yaciendo con las manos dobladas en oración y esperando a la resurrección. Esposo y esposa pueden ser representados yaciendo uno al lado del otro. Es habitual que se representen símbolos iconográficos (por ejemplo, un león simbolizando el valor, un perro simbolizando la fidelidad). Un importante oficial o líder puede ser mostrado con sus atributos de oficio o vestido con el atuendo formal de su estatus oficial o clase social.